Un años más, un tótem más. La Pedrera se prepara para otra celebración de la noche de San Juan, evento que resulta la mejor excusa desde hace algunos años, para visitar este pequeño pueblo rochense durante la noche que da lugar al inicio del invierno en el hemisferio Sur. Y, como cada año también, el tótem resulta ser una sorpresa que se mantiene, al menos, hasta que la figura, que en alguna oportunidad fue un dragón gigante, un barco o un ave, se emplace para su armado final en las horas previas al evento.
La organización, a cargo del Club La Pedrera, ya está trabajando para una nueva edición que tendrá lugar el próximo sábado 24 de junio, en la calle Palmares de Rocha, una de las laterales del Club.
Cecilia Corso, recientemente elegida Presidenta de la entidad, explicó a La Paloma Hoy que, ese día, las actividades serán variadas “vamos a comenzar con una feria en el club de 10 a 16 horas. Después, a las 17, empezaría la música ahí mismo en la explanada, acompañado con el toque de algún artista. Y a las 18, es cuando empezará toda la ceremonia”.
Está previsto que la quema del tótem sea alrededor de las 19 horas. Además, en la explanada habrá algunos espectáculos y, allí mismo, y en la cantina, habrá dispuestas barras para el expendio de bebidas, comidas y aperitivos… “a partir de las 23 horas, también tendremos un DJ en el salón de damero. Esa es la idea de la fiesta en general”, aseguró Corso.
Dejar el miedo atrás
El tótem estará a cargo de artistas y vecinos de la zona que, cada año, sorprenden a la comunidad y visitantes, transformando el evento en un clásico de la costa rochense al que se acercan desde varios departamentos vecinos. Este año, la temática, según explicó la artista Mariana Carballo a La Paloma Hoy, continúa la línea de creación del año anterior, cuando en plena salida de la pandemia por coronavirus, se quemó un monstruo que representaba los miedos “era quemar todo lo que habíamos estado viviendo durante la pandemia. Entonces, este año surgió la necesidad de encontrarse en un lugar en el que está la sociedad ahora, que es de transformación y renovación. Y por ahí viene la idea del tótem de este año”.
Mariana se mostró entusiasmada con el evento “tenemos un grupo muy lindo, pequeño, conformado por artistas de la zona. Va a ser muy impresionante, va a ver muchas sorpresas, va a haber una performance un rato antes de la quema también”.
La fogata de San Juan en La Pedrera
Las Hogueras de San Juan es un festival que se realiza en diferentes partes del mundo. La celebración que se lleva a cabo en La Pedrera, tiene la particularidad de convocar a artistas para el armado del tótem, que queda emplazado en medio de la calle y luego es rodeado de pequeñas fogatas y el sonido de los tambores, que alientan a la gente a acercarse y compartir en comunidad el momento, hasta la hora del encendido de la gran hoguera. Luego, se corona la jornada con alguna fiesta hasta altas horas de la noche.
La fiesta está caracterizada como un momento de reencuentro y del que participan vecinos de la zona y de playas cercanas e, incluso, de otros puntos alejados, como Maldonado y Montevideo.
En las últimas ediciones, la fiesta se ha vuelto cada vez más concurrida, llegando a convocar cerca de mil personas, que desafían el frío de la noche más larga del año, con tal de no perderse una fiesta que llegó para hacer arder el inicio del invierno esteño.
La consigna, como siempre, es quemar, transformar, sanar, soltar, renovar y divertirse para recibir esta nueva estación del año.
De qué se trata: Solsticio de invierno
En Sudamérica, la noche de San Juan se celebra el 21/22 de junio, fecha en la cual ocurre, (a la inversa que en Europa) el solsticio de invierno. Durante ese día, se encienden fogatas en los barrios o pueblos (muchas veces denominadas fogaratas, y otras veces, judas, cuando hay una efigie en la fogata), en torno a las cuáles la gente se reúne.
La Fogata de San Juan es una celebración ancestral de origen pagano y coincide con el solsticio de invierno, la noche más larga del año. En distintos puntos de América del sur las comunidades preparan sus muñecos representando en ellos sentimientos a quemar y, a través de sus llamas, elevan al cielo sus anhelos, con la esperanza que se cumplan antes de la próxima fogata.
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