“Hay una bajada de línea muy clara” y la “oposición saca jugo”, señaló integrante del Colectivo de Murgas, tras no llegar a un acuerdo con el ejecutivo. El Secretario General aseguró que no “se busca callar a nadie”, pero “el gobierno no organiza tablados” y las murgas deberán autogestionarse.
Corre el primer jueves del 2023 y en Rocha, la murga también ensaya para salir. El renovado Centro Social Obrero acompaña de cantina abierta, y en la opacidad de su patio una treintena de personas se acurrucan sobre el paredón -esos que no emigraron a la costa, o en su defecto volvieron en hora- frente a los 12 micrófonos que se erigen a ellos. Algo impuntual, sin maquillaje, pero estrenando vestuario, La Prima de Artigas, con aire a gurisada repasa su espectáculo completo, “El Almacén del Castigo”.
Aunque de antemano no haya consenso y las murgas tengan que autogestionarse por segundo año consecutivo, la finalidad es salir para “sobrevivir al invierno” de oportunidades limitadas, dice con calma Fernando Caballero. Salir porque “con la murga generamos sociedad”. Desde el gobierno departamental, Valentín Martínez reconoció que durante 15 años hubo otra disposición, “cuando hay cambios cuesta”, pero considera que las murgas “no tienen que tener ninguna dependencia de ningún tipo de gobierno”.
Las murgas “no van a cobrar por actuar” manifiesta parte del comunicado que divulgó el colectivo. Ante una nueva propuesta para desfilar por parte del gobierno, que se niega a colocar un tablado en el tramo final del corso, única condición del colectivo para participar del desfile inaugural.
“Hay una bajada de línea muy clara”
Fernando “Bicho” Caballero, director escénico de La Prima de Artigas e integrante del Colectivo de Murgas, dialogó con Diario El Este y se mostró preocupado por la concepción de cultura que muestra la actual y pasadas administraciones.
“El acercamiento es fundamental para generar diálogo”, Caballero reconoce que a diferencia del año anterior, “Cultura (Dirección) se tomó la molestia de llamar a las murgas”.
En la primera instancia, mediante el director de Cultura, Fabricio Nuñez y el Secretario General de la Intendencia, Valentín Martínez, se les comunicó a los colectivos que habría carnaval, “pero nunca hablaron de las murgas”. “A las murgas les ofrecieron desfilar por un cierto dinero y más nada”. Luego “ellos se deslindaban de todo lo que era organización de tablados, no querían pagarles a las murgas por actuar”.
Frente a la iniciativa de la administración, el colectivo “cedió”, “porque también queremos desfilar, pero necesitamos al menos tener un tablado en el final del desfile para poder presentar durante 10 o 15 minutos lo que estamos haciendo y que es parte también de una esencia”. “Fabricio (Nuñez) decía en radio Esteña (FM 103.1, Castillos) que había salido en carnaval, si salía en carnaval tiene muy claro lo que está sucediendo y lo que está ofreciendo. Nosotros como murguistas queremos cantar y mostrar lo que estamos haciendo”, destacó.
En segundo lugar, el colectivo planteó organizar “tablados en Rocha y en el interior del departamento”, donde “atacaríamos los municipios que no tienen alcaldía” ya que no cuentan con una prima de dinero para realizar el carnaval.
“Cultura no se la juega en decir: “Apoyamos a las murgas”. Las murgas no pueden negociar directamente con Cultura, tiene que venir un intermediario. Hay una bajada de línea muy clara, Valentín (Martínez) baja una idea que es política y partidaria, es aceptable y respetable. Pero que va en contra, incluso, de sus propios discursos. Cultura (Dirección) está atada de manos, o se rebela contra su propio gobierno o apoya a las murgas”, apuntó Caballero, en cuanto a la imposibilidad de la dirección para impartir políticas sin la venia de la mesa chica de Umpiérrez.
“Las murgas se prendieron de la teta” y perdieron su “esencia”
“Hay un juego partidario de todas partes, y no solo desde el gobierno de turno, sino también de la oposición”, que, a su entender “saca jugo de este problema que están teniendo las murgas a nivel local por ejemplo”. “Realmente las murgas se han ido prostituyendo hace mucho tiempo. Incluso en los 15 años de gobierno del FA (Frente Amplio), se prendieron de la teta y se olvidaron realmente la esencia de la murga. El año pasado hubieron muchos apoyos externos que también fueron por conveniencia política, por el referéndum. Esperemos este año también poder tenerlos”, advirtió.
Para Caballero, las murgas deben generar “espacios», “activar todos los lazos sociales que a través de la pandemia, a través de la mediocridad política se han ido desgastando”.
“Nosotros sabemos que con la murga generamos sociedad”, sin embargo, “Cultura (Dirección) se olvida de eso, porque miran lo político, piensan que hacer carnaval es poner plata. Todos los gobiernos lo único que han hecho es gastar plata. Nunca han invertido en la cultura”, arremetió.
Entre las idas y venidas, reuniones formales y charlas más distendidas, según Caballero, las expresiones que utilizó Valentín Martínez, incomodaron a la interna del colectivo: “Para nosotros carnaval no es un gasto, pero tampoco una inversión”, habría comentado el secretario de gobierno en una de las charlas. “Que quede claro que si la decisión política es no gastar en carnaval y no gastar en murga, también está bien”, pero “si nos ponemos a pensar en esas palabras, estamos en un aprieto muy grande y es muy delicado cómo pensar la cultura”. “¿Gastar en cultura no es inversión? Cómo vamos a decir eso desde la Dirección de Cultural”, cuestionó Caballero.
“Estamos todo el año trabajando para sobrevivir al invierno en Rocha, donde las actividades son super limitadas”. Donde la cultura continúa “centralizada”, con “pérdidas de centros MEC en los barrios y comedores”. Como murga “vimos de que nos movía eso, ir a las escuelas, generar la pasión artística de la murga”.
“Creemos que tenemos que generar un buen carnaval. Cantaremos en una esquina sin amplificación, en una plaza sin luces, eso no nos interesa. Vamos a estar en el ruido. La murga es popular, pero no es lo mismo popular que populismo. ¿Somos la voz de los que no la tienen? Si, por supuesto que lo somos. Pero, estamos dividiendo una sociedad, porque la cultura también lo que hace es permitir a las personas de barrio reflexionar, generar pensamiento crítico y conciencia reflexiva. Hay mucha plaza intervenida por personas drogadictas. Hay que prender las luces de las plazas, que la gente salga de su casa, que se miren a las caras. La murga cuando choca y no te gusta también es parte de lo que está sucediendo y también la búsqueda artística. Si no te gusta y te movió, por algo es”, concluyó.
Las murgas “no tienen que tener ninguna dependencia del gobierno”
Valentín Martínez, Secretario General de la Intendencia, quién representó al ejecutivo junto a Nuñez en las reuniones, consideró que las murgas “no tienen que tener ninguna dependencia de ningún tipo de gobierno”, “no importa el color que sea” y «no importa la ideología”.
“En su momento fui mucho al club Malvín. Terminé yendo a muchos tablados y me gustaba ir a verlas”, dice Martínez sobre su vínculo con el carnaval. Aunque recalca que “de acá a un tiempo ha cambiado un poco el contenido” de las letras y dejó de escucharlas porque “se tornó algo muy politizado”. Según el secretario la crítica no se centra en “la gestión”, sino que “termina siendo algo agraviante hacia la persona”. “Las cosas tienen un límite y está bueno poder compartirlas en sociedad”, prosiguió.
“¡Ojo! No tiene nada que ver con respecto a esta decisión que ya se tomó”, aclaró.
“Este año se tuvo una charla más profunda, quizá hay que hacer un mea culpa de ambas partes por lo sucedido el año anterior”, pero pese al cambio de director en Cultura y una nueva impronta en la dirección, el gobierno mantuvo firme su postura.
“Es que no es un tema de director”, explicó, “nosotros tenemos una política de que nos parece que no hay porqué financiar a la murga” ya que “me parece que es algo de índole privado y no lo tiene que terminar haciendo el estado. “Durante 15 años se hizo, en su momento, tenían su mayor entrada de dinero, es más, creo que era la única, más allá de que hubiese una cantina”, recordó.
“Si la murga quiere cantar que cante”
Desde la perspectiva del gobierno se dicen cosas que no son, “se habla de una negociación y acá no es tema de negociación”. “Si la murga quiere cantar que cante. La intendencia no va a organizar (escenarios), pero si las murgas nos piden un tablado, vamos y colaboramos” con mano de obra e infraestructura, remarcó, y agregó que desde el ejecutivo no se busca “callar a nadie”.
Dentro de los aspectos positivos que dejó el intercambio, Nuñez le solicitó a las agrupaciones artísticas una grilla de lugares en que se presentarán. Ahí “vamos viendo” comentó el secretario, “podemos llegar en alguna ocasión con lo que se necesita especialmente y hacer algún tipo de colaboración”. “Cuando hay cambios cuesta y se entiende”, soslayó.
La petición para colocar un escenario al final del corso que declinó el ejecutivo, se debe a que “vamos a organizar un desfile, no armamos un tablado” detalló el secretario. “Los organizadores somos nosotros, es a donde queremos ir. Entiendo que las propuestas pueden venir, se escuchan, pero no tienen que ser aceptadas. Yo te estoy invitando a desfilar, no queres desfilar, no desfiles”, sentenció Martínez.
En relación a sus dichos sobre el apoyo al carnaval, y si este representa gastos o inversiones para la intendencia, manifestó: “No recuerdo haber dicho esas palabras. Lo que sí dije es que nosotros no organizamos tablados. El gobierno no organiza tablados, si organiza el carnaval. El desfile porque es algo que es una fiesta que lo disfruta toda la gente y todos los ámbitos de la sociedad. Con respecto a lo que sí es un gasto o una inversión, inversión no es y un gasto tampoco. No lo tomo ni como un gasto ni como una inversión, es parte de esa toma de decisiones”.
Redacción: Facundo Terra.
